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La incineración debe cumplir
estrictamente los parámetros previstos de operación. Si no es
así se puede convertir en una fuente de emisión de productos
tóxicos, contaminantes o peligrosos.
Una combustión absolutamente limpia produce
CO2 y H20 junto con el aire consumido y el exceso. En la
combustión de residuos se pueden producir gran cantidad de compuestos
contaminantes que se pueden agrupar en cinco categorías:
·
Gases
ácidos, como los hidrácidos, sulfurados, halógenos...
·
Metales pesados,
Pb, Cd, Hg, Sb, As...
·
Polvo y
cenizas volantes, compuestas fundamentalmente de metales y sus óxidos y
silicatos.
·
Productos de
una combustión incompleta, como hollín, CO, alquitranes,
COV’s, aromáticos...
·
Hidrocarburos
halogenados como los cloro fenoles, dioxinas y furanos.
La gran cantidad de sustancias
contenidas en los humos del incinerador son el resultado directo de las
condiciones de explotación del mismo, dependiendo la las temperaturas,
tiempos de residencia de los humos, exceso de aire y mezcla, principalmente. Algunas
son el resultado de reacciones químicas propias de los productos
incinerados, (Hidrocarburos poli halogenados PHAX) y se forman en las
chimeneas. Algunos gases contaminantes, como los óxidos de
nitrógeno (NOx), se forman por la reacción de los dos principales
componentes del aire, el nitrógeno y el oxígeno, y el tipo y
cantidad dependen, fundamentalmente de la temperatura, por lo que en principio
no es conveniente mantener esta en la cámara de incineración por
encima de los valores necesarios para eliminar otros contaminantes,
quizás más peligrosos. Pocas veces es necesario sobrepasar los
A pesar de tener el máximo
cuidado en las operaciones de incineración pueden desprenderse productos
no deseados, y es preciso prever sistemas eficaces de depuración.
En prácticamente todos los hornos
se dispone de una cámara de postcombustión donde los humos
producidos por la incineración se oxidan a altas temperaturas (850
–
Lamentablemente no siempre se puede
elegir los materiales a incinerar, y por su composición pueden generar
productos contaminantes en cantidades superiores a las permitidas por las
normas, y en este caso es necesario proceder a tratamientos complementarios.
La gama de tratamientos posibles es
prácticamente ilimitada, pero nos limitaremos a describir uno por
vía seca y otro por vía húmeda. También hablaremos
de sistemas de reducción de la emisión de dioxinas.
Vale decir, en primer lugar, que la
contribución de un incinerador en la generación de dioxinas,
excepto en caso muy concretos de incineración de residuos especiales con
alto contenido en halógenos o ciertos plásticos (PCV), es muy
reducida, y un incinerador funcionando correctamente en el tratamiento de RSU
produce menos dioxinas que las que se producen con un tratamiento inadecuado de
estos residuos, incluyendo el compostaje.
Las dioxinas, furanos y otros productos
similares son inestables a altas temperaturas, y se destruyen en la
cámara de postcombustión. Cuando los gases se enfrían
lentamente, en un proceso de utilización del calor o en la propia
chimenea reaparecen. El mejor tratamiento posible es el enfriamiento brusco de
los gases que evite la recombinación de los PHAX.
Este método no es aplicable
cuando queremos aprovechar el calor generado, y es necesario buscar
alternativas. La dosificación una lechada de hidróxido
cálcico finamente pulverizado a los humos produce la
precipitación de la mayor parte de los PHAX, que quedan retenidos, junto
a otros contaminantes, en filtros colocados a este fin. Mejores resultados
ofrecen otros productos, como el bicarbonato sódico.
Los tratamientos por vía seca
constan, generalmente, de tres fases:
·
Dosificación
de productos químicos para producir la reducción o
eliminación de los contaminantes, ya sea porque reaccionan con ellos o
por que los adsorben o absorben quedando posteriormente retenidos.
·
Un sistema de
retención de sólidos relativamente gruesos, como los ciclones o
filtros electrostáticos que reducen la cantidad de polvo presente en los
humos y facilitan su posterior tratamiento.
·
Un sistema de
filtración, generalmente por mangas, para reducir definitivamente los
sólidos presentes.
Como alternativa, más eficaz pero
cara, está la filtración sobre bujías cerámicas,
que permiten la eliminación total de todos los compuestos de peso
molecular alto y medio mediante su uso combinado con carbón activo. Las
bujías cerámicas permiten la filtración a altas
temperaturas.
Los sistemas de depuración por
vía seca se utilizan cuando se desea una recuperación de calor,
utilizando los dos primeros antes de la caldera y la filtración
después de ésta.
Los sistemas por vía húmeda
pueden ser complementarios de los anteriores o únicos, y
básicamente consisten en la utilización de escrubers
con dosificación de diferentes reactivos.
Es muy importante decir que todos estos
tratamientos no producen la desaparición de los contaminantes,
sólo posible si se destruyen o no se forman, sino su
concentración en los polvos retenidos en los ciclones y filtros o en el
agua o líquido utilizado para la depuración, es decir, el humo
que sale del sistema cumple todas las normas pero los
productos peligrosos siguen en nuestro poder.
Los polvos obtenidos, llamados
comúnmente cenizas volantes, deben llevarse a un gestor autorizado para
su tratamiento o realizar el tratamiento en la misma planta.
Los tratamientos son también muy
variados y dependen de los productos presentes en los polvos. En algunas
ocasiones puede ser rentable la recuperación de metales como el Hg o Zn,
pero en general se prefiere inertizar los residuos.
La inertización se puede realizar mediante
incorporación de los residuos a matrices vítreas o cristalinas de
suficiente estabilidad para evitar su lixiviado. Los métodos más
utilizados son los de inclusión en hormigones, fusión con vidrio
u otros fundentes y fusión directa sin aditivos.
Si el sistema de depuración
elegido en por vía húmeda, generalmente agua, se realiza una
depuración en una planta físico química y los lodos
obtenidos se tratan como se ha indicado anteriormente o también se
mezclan con arcillas para la obtención de materiales cerámicos de
construcción.
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